domingo, 1 de mayo de 2011

FIRMES HASTA EL FINAL (Por: Rev. Humberto Henao)

MARTIRIO A PASTORES.
El 21 de Septiembre a de 2009 en Chopal, corregimiento de San José del Guaviare (Colombia), fue vilmente asesinado el pastor: Manuel Camacho, el hecho ocurrió frente a su esposa Gloria, a su hijita Ingrid de 13 años y otros hermanos y amigos que en esa calurosa mañana transitaban las calles de esa pequeña población. Cuentan los testigos que mientras le disparaban, el sicario decía “esto es por no obedecer las órdenes”, este episodio se ha repetido en otras regiones más del país y se suma a los 100 casos que mencionó el Dr. Víctor Velásquez Reyes, actual presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la República.
La pregunta forzada es: ¿Quiénes y por qué asesinan a los pastores en Colombia?
Respuesta: Los grupos armados ilegales, ¿Por qué? Por la predicación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y por los efectos que esa predicación produce en una población hastiada y cansada de la violencia, que ven y encuentran en las iglesias evangélicas la paz, el perdón y la reconciliación que Dios les ofrece a través de su Palabra.
Es paradójico que estos grupos armados, con ideología y argumento, con tanto tiempo y espacio, no hayan logrado persuadir a la población a su favor y tengan que recurrir a la amenaza y la violencia como recurso para mantenerse.
¿Cómo se explica que un pastor campesino, conozco muchos, iletrados, sencillos, sin más armas que una Biblia, sin más argumentos que el evangelio, sin más motivaciones que el amor por los perdidos, sin más recursos que el llamamiento Divino, sea capaz de convencer y persuadir a tantas personas en aquellos lejanos lugares? Templos y capillas saturados de familias enteras, de hombres y mujeres de todas las edades, orando, cantando, escuchando la predicación, son la evidencia de lo que el Señor está haciendo en las zonas marginadas de nuestra amada Colombia.
Es todo esto lo que ha despertado celos en estos grupos que incapaces de convencer con dialéctica y argumentos, apelan a la violencia como método y asesinan a los siervos de Dios, creyendo con ello que evitarán la conversión de las almas al Señor, cuando el efecto es diametralmente opuesto.
¿Cómo pretenden estas personas ser una alternativa de poder en Colombia, si no respetan la vida y el libre pensamiento de las personas?
El evangelio de Jesucristo es superior a todo pensamiento y filosofía humana porque persuade no presiona, convence no amenaza, restaura no degrada, alumbra no oscurece. En la iglesia conviven en perfecta armonía, personas que antes de Cristo profesaban todos los conceptos políticos y filosóficos pero ahora, debido a la nueva vida hemos aprendido a desarrollarnos y a crecer dentro del amor a Dios y a nuestro prójimo.
Por otro lado quisiéramos que los grupos armados cesaran su accionar violento contra la iglesia de Cristo, ya que esa actitud se les volverá en su contra, pues el pueblo sabe quiénes somos y que predicamos. Además la inviolable justicia Divina no dejará impune a quien se levanten en contra de su iglesia “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” dijo Dios, Sal. 105:15.
La historia es testigo que todos los hombres e imperios que han pretendido acabar con la iglesia de Cristo, no lo han logrado, más bien ellos han desaparecido y la iglesia permanece.
Por último, quiero desde estas páginas, invocar la solidaridad del pueblo evangélico, para que proclamemos oraciones y ruegos ante el fundador y Cabeza de la Iglesia, Cristo Jesús Mt. 16:18; ef. 2:20, para que nuestros pastores y líderes sigan anunciando con denuedo el Nombre del Señor y su Santo Evangelio, Hech. 4:29-30, para que las almas continúen convirtiéndose a Cristo, Hech. 4:32, para que los alzados en armas, conozcan al Señor y encuentren en El lo que no les dio la guerra, Zac. 4:6; para que el “Juez de toda la tierra”, demande la sangre de sus siervos, de quienes les causaron la muerte, Gn. 18:25 y Rom. 12:19, para que cada día se sumen a la causa del Señor más hombres y mujeres valientes que se “atrevan a hablar la Palabra sin temor” Filp. 1:14. Recordando las insignes palabras que pronunciará Tertuliano, otro mártir cristiano hace siglos, quien dijo: “La sangre de los cristianos es la semilla de la iglesia”.  

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